¿Cómo decidiste esta vida de enredos, atrapado entre palabras de línea retorcida, sostener la masa verde de sus rizos que se rizan en un rizar rizado, exponer al herrumbe tu fuerza... y sin pedir nada?
Ella deshizo en láminas desgastadas mi andar mecánico, su sombra borró sudores, en breve tiempo liberó la jornada. Detuvo mi andar rústico en un rincón cualquiera y se explayó sobre mí en amoroso abrazo. ¡No tengo por qué dar más explicaciones!